Quizás sólo buscaba una historia de amor,
una historia de amor, de las de leyenda,
de las de cuento,
de las que no se buscan, de las que brotan calladas
como un susurro al viento,
de las que se prenden en el alma
y desafían al tiempo.
Quizás solo quería vivir una historia,
de esas que no le ocurren a la gente,
lejos de lo común,
fuera de lo corriente,
de las que no vence el olvido
de las que no temen a la muerte
ni dan nada por perdido.
Quizás sólo anhelaba una historia
que hiciera realidad un sueño,
una historia encantadora,
mas digna de una Cleopatra
que de una pobre infeliz soñadora,
con la vida empapada de lluvia,
y la ventana abierta a la memoria.
Quizás sólo pretendía escapar,
escapar por la ventana y volar,
de la mano de un Peter Pan soñado,
esculpido con el paso de los años,
con un cincel de recuerdos,
de tardes de verano,
con sabor dulce a caramelo.
Quizás solo quise ser Wendy,
triunfo de un infantil sentimiento,
Y jugando con el tiempo y con las olas del mar,
Surcar el cielo inmenso
y llegar al país de Nunca Jamás,
donde se cumplen los sueños
donde la historia vuelve a empezar.
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