Al principio, te va a doler un poquito, incluso a veces
sentirás que no puedes soportarlo, que te falta el aire, que no puedes respirar…
Luego, el bálsamo de los días irá lentamente cicatrizando la
herida y el dolor, poco a poco irá dando paso al sabor agridulce del recuerdo.
Y finalmente, el tiempo te hará dudar de si aquello que
recuerdas cada vez con más dulzura, realmente lo has vivido o lo has soñado.
No digas que fue un sueño…
El olvido es lo que más se me teme.
ResponderEliminarMe gusta cómo expresas esa gradual trasformación de las emociones; también la fluidez y destreza de tu lenguaje.
Un abrazo.