"Moriré una vez y otra, y sabré que es inagotable la vida" (Rabindranath Tagore)

martes, 17 de noviembre de 2020

Grullas

 

Alborozo en el cielo,

surcan el azul diáfano libres

entre reflejos de otoño

y destellos de luz que languidece.

 

Vuelan sobre paisajes tostados

y ciudades tristes

que se adormecen

al arrullo de susurros de hojas secas.

 

Perfilan con su aleteo,

las rosáceas tonalidades del alba

y la malva neblina del atardecer etéreo,

mágico pincel, saeta liviana.

 

Algarabía en el aire,

los ojos se alzan risueños.

El alma nómada, cautiva del invierno

escapa en pos de su vuelo.

 

Un instante, tan solo eso,

los brazos son alas y el corazón deseo.

Un instante, solo eso

en el que el mundo sombrío sonríe travieso.

 

Intento seguirlas, pero no puedo,

mirada empañada, sutil parpadeo,

se desdibuja su imagen,

se difumina a lo lejos.

 

Y se diluye su júbilo,

en el eco del silencio

mientras el horizonte infinito

recibe su estío eterno.

 

Tristeza callada,

vacío inmenso.

Cálido sur, tierras templadas,

sueños alados al viento.