Porque hoy es hoy, y en las noches como ésta te tuve entre mis brazos, porque me gusta cuando callas, porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca, porque quiero que sea tan largo el amor y tan corto el olvido, por todo eso y mucho más te mando este poema.
Quisiera haber tenido la magia de Pablo Neruda para diluir mi amor en poesía, para hacerte llegar mis certezas y mis desvelos, para regalarte mi mundo a través de la tinta de unos versos.
Pero mis limitaciones son muchas y mis genialidades pocas para dar forma al lenguaje de mi alma de un modo tan hermoso.
Por eso, me conformo con ser simplemente el cartero que lleva esta carta de amor hasta tu puerta, y la hace suya por un instante, como un préstamo, por no encontrar un modo más bello de decirte lo que siente por dentro.
No importa donde estés ahora, párate, date unos minutos, y escucha lentamente el sonido de cada una de estas palabras y de los silencios que las entrelazan.
Inúndate de ellas y siéntelas suavemente, como se siente el arrullo del mar bajo la noche estrellada, como se siente la brisa vespertina acariciando la cara, como se siente el susurro del viento al oído.
Entonces suéñame a tu lado y nunca olvides lo mucho que te quiero.