Hace unos años, en el 2005, contraje un virus, del que no fui consciente en un primer momento hasta que empezó a manifestarse poco a poco.
Tuve que hacer lo posible por controlarlo, por eliminarlo y poder seguir con mi vida cotidiana.
Así he estado estos años, todo iba bien, y pensaba que ya lo había conseguido erradicar.
Pero… hace poco he vuelto a recaer, a tener un brote y con más fuerza que nunca.
Ese virus se llama “Mal de África” y te obliga a regresar a África una y otra vez.
No sé por cuánto tiempo podré controlarlo en esta ocasión...
“Al recordar una estancia en las tierras altas africanas te impresiona el sentimiento de haber vivido durante un tiempo en el aire. A mediodía el aire estaba vivo sobre la tierra, como una llama; centelleaba, se ondulaba y brillaba como agua fluyendo, reflejaba y duplicaba todos los objetos, creando una gran Fata Morgana. Allí arriba respirabas a gusto y absorbías seguridad vital y ligereza de corazón. En las tierras altas te despertabas por la mañana y pensabas: Estoy donde debo estar”.
Isak Dinesen - "MEMORIAS DE ÁFRICA"